lunes, 23 de diciembre de 2013

FELIZ NACIMIENTO José Arregi

Amiga, amigo, en la claridad de tus días o en medio de tu noche, vuelve a escuchar la voz del ángel de la Navidad: "No temas. Te anuncio una gran alegría". Y basta la señal más simple: "Os ha nacido un niño". ¿Cuándo no nacen niños, a pesar de la penuria general? En el portal en que vivo, en Arroa Behea, este año han nacido dos: Marena en el segundo, Josu en el cuarto. ¡Y cómo sonríen! ¡Cómo sonríe también Izaro con solo mes y medio, plácida como una isla, luminosa como una estrella! Cada nacimiento es una señal, un inmenso milagro, una bella promesa, una honda llamada. Vivir es milagro. Solo ser ya es milagro. Y el mayor milagro es la ternura que cuida, nutre, consuela. Eso es "Dios", y no importa que le pongas nombre o que no se lo pongas. Es Lo Que Es. Y es muy distinto de aquello que insinuamos cuando decimos: "Hay lo que hay". No. Lo Que Es, es infinitamente más y mejor que lo que hay. Así lo anuncia el ángel a unos pobres pastores de Belén, al raso en medio de la noche: "No temáis. Os ha nacido un niño. Se llama Jesús: 'Dios salva'. Es Enmanuel: 'Dios con nosotros' ". Es un lenguaje cristiano y metafórico, dirás. Sí, y se merece una enorme estima, una profunda consideración, ya solo por haber inspirado tantos bellos poemas y melodías, por haber consolado tantas penas de gente pobre, por haber alentado tanta bondad y tanta lucha justa a pesar de todos los fracasos. Yo no quiero prescindir de ese lenguaje de ángeles y pastores, de glorias y pesebres. Yo no quiero prescindir de Jesús, carne humana de Dios, del Misterio del mundo. Pero tampoco quiero encerrar a Jesús en un pensamiento confesional y exclusivista, como si fuera la única encarnación de Dios. Ni quiero definir a Dios en un esquema dualista, como si fuera un Ente o un Alguien. Es mucho más, es el Misterio Infinito. Cuando el cristiano confiesa que Dios se hizo carne en Jesús, confiesa en el fondo lo mismo que han expresado todos los creyentes de todas las tradiciones y los poetas no creyentes de todos los tiempos: que cuanto es está habitado por el Infinito indecible, la Belleza que arrebata, la Bondad que abraza, y que siempre podemos confiar a pesar de todo, y recrear el mundo cada día como rehacemos el Belén cada año. Yo no sé si pones un Belén en tu casa: el ángel, la gruta y los pastores, el burro y el buey, y María y José y el niño Jesús. ¡Todo es tan entrañable! Ponlo a tu manera. Pon bondad y ternura. La vida es dura, el año ha sido difícil, y el futuro... ¿quién sabe qué del futuro? Pero no temas. Cuida tu vida, cuida tu ánimo, cuida a los tuyos, cuida a todos los seres. Y míralo todo con ojos nuevos. Todo es milagro y promesa de una Presencia. Nada es lo que parece. Todo está sin cesar siendo y renaciendo en Otra Realidad, hacia Otra Realidad presente y posible. Celebra en tu casa el Nacimiento de la vida. Mira los ojos de un niño. Los ojos de un niño bastan para iluminar todas las tinieblas del mundo, de Lampedusa o de Melilla, del África negra o de la Latinoamérica olvidada. Y todos los seres. Todos los seres anuncian lo mismo que el ángel bueno y alegre de Belén: "No temas, criatura bendita. Tú vienes de la Belleza, vienes de la Bondad. Tu ser es más precioso que todas las piedras preciosas, mucho más que todos los oros, inciensos y mirras. Cree en tu bendición, criatura bendita. Sé bendición, lleva bendición en tus pequeñas manos heridas, en tu pequeño corazón latiente". Mira: el árgoma y las prímulas o flores de San José ya están floreciendo en el corazón del invierno, alegrando el monte despejado y los caminos sombríos. ¿Lo ves? Mira cada ser como una humilde señal de aquella "Bondad que es la fuente de todas las cosas y que un día será enteramente en todos los seres", como dice el biógrafo que miraba todas las cosas Francisco de Asís, inventor del belén. Si miras así, nacerás de nuevo, nacerá otro mundo. ¡Feliz Navidad! José Arregi
Para orar........... Todavía "no hay lugar para ellos", ni en Belén ni en Lampedusa. ¿Navidad es un sarcasmo? "Si tu Reino no es de este mundo", ¿qué vienes a hacer aquí, subversivo, aguafiestas? Para ser el Dios-con-nosotros has de serlo en la impotencia, con los pobres de la Tierra, así, pequeño, sí, desnudo de toda gloria, sin más poder que el fracaso, sin más lugar que la muerte, pero sabiendo que el Reino es el sueño de tu Padre, y también es nuestro sueño. Todavía hay Navidad, en la Paz de la Esperanza, en la vida compartida, en la lucha solidaria, ¡Reino adentro, Reino adentro! (Pedro Casaldáliga)

lunes, 9 de diciembre de 2013

NACER DE NUEVO...COMO NICODEMO



Porque la vida es siempre nueva y siempre sorprendente, porque caminamos desde la vida, en la vida y hacia la vida...Porque vivir es un contínuo engendrarse lleno de fuerza, de vitalidad, de amor...de Dios...

Aquí os dejamos esta canción y este hermoso comentario...

VOLVER A NACER DE NUEVO
Escrito por  Fernando Bermúdez López. Publicado en www.feadulta.com
Comparto estas reflexiones al alcanzar 70 años de vida.

Cada día que amanece me ofrece la oportunidad de vivir la vida con una nueva motivación, consciente de que lo único verdaderamente importante es amar y hacer el bien, porque "vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar", en palabras de Gregorio Marañón.

Voy añadiendo años a la vida, pero más importante que cumplir años es darle cada vez más vida a los años. Una vida no se mide por la cantidad de años vividos sino por la calidad e intensidad de experiencias. Lo importante no son los años de vida en la historia sino la conciencia con que se vive la existencia. De ahí que una vida posee sentido cuando se vive conscientemente, identificada con el cosmos, con la naturaleza y al ritmo de las alegrías, sufrimientos, angustias, luchas y esperanzas de la humanidad.

En realidad no existe la edad. No son 70 años. Todos los seres humanos, todos los seres vivos, todo el cosmos, –y nosotros como parte del universo-, tenemos más de 13.000 millones de años desde la explosión del Big Bang y su consiguiente expansión cósmica. Descendemos, como todo ser vivo, de los astros, de las galaxias. Los elementos que componen nuestro cuerpo son los que hace miles de millones de años dieron origen al universo. Somos polvo de las estrellas. Hijos de las estrellas. Hijos de la madre tierra. Por lo tanto, llegar a esta edad no es sino una evolución de la vida. Todo es movimiento.

Estamos de paso en la historia de la tierra y de la humanidad. ¿Qué significa nuestra vida en este largo viaje de la historia? Poco. Nada. Pero, al menos, merece la pena haber nacido y aportado un granito de arena para que este mundo sea un poquito más justo y humano.

Unos nacen, otros mueren. Unos se abren a la vida, otros envejecemos. Y la historia sigue. Estamos de paso en ella. Todo pasa. Pasan los años, pasan las personas, pasan los acontecimientos, pasan los problemas, pasan las crisis, pasan las alegrías... Sólo Dios, que lo es todo porque en él vivimos, permanece.

Jesús de Nazaret, dirigiéndose a un hombre anciano, le dijo: "Es necesario volver a nacer de nuevo". Esta última etapa de la vida es una oportunidad para volver a nacer de nuevo y continuar creciendo, para llegar a madurar y acabar de nacer. Vamos naciendo lentamente, por etapas, hasta acabar de nacer. La vejez es la última oportunidad de dar el toque final a la estatua que hemos ido tallando de nosotros mismos a lo largo de la vida.

He vivido durante los años de vida misionera experiencias intensas y apasionantes. He realizado largos viajes por los caminos de América y por otras partes del mundo. Sin embargo, proclamo que ahora comienzo el viaje más fascinante de la vida, rumbo al interior del propio corazón, preparando el encuentro con el Misterio Trascendente, que es a su vez Inmanente, del que nada sabemos, pero lo sentimos.

Voy bajando lentamente hasta el corazón del universo, al corazón de la tierra, al corazón de la pequeña flor del campo, al corazón del almendro y la palmera, del olivo y la higuera, del naranjo y el granado y demás árboles de mi huerto, al corazón del mirlo y el ruiseñor que con sus cantos me despiertan cada mañana anunciando el nuevo día... y, sobre todo, al corazón del ser humano, allí donde todos los seres vivientes son un sólo corazón.

Y por ahí me muevo y camino, naciendo cada día, con la esperanza de encontrarme, en la plenitud de mis años, en un alegre y eterno amanecer con la Fuente de la Vida y de toda Sabiduría, Belleza y Amor, el corazón de Dios en el cual existimos.

 Fernando Bermúdez López

sábado, 7 de diciembre de 2013

Palabras como regalos. Feliz finde!!!


Palabras como regalos - 2º Adv A

Aquí os dejamos algunas palabras...

Aprender, esperar, comprender, intuir, hija/o, amar, soñar, gozar, libertad, camino, abrazo, sonrisa, mirada, cariño, madre, hermano/a, compromiso, evangelio, esfuerzo, vida, cauce...

Os invitamos a poner las vuestras...